Ciertamente, la sierra de San Luís fue el territorio central de la conquista y la colonización.
A finales del siglo XVI, comenzaron los primeros repartos de tierra otorgadas, en forma de Mercedes Reales por los conquistadores, debido a su llegada.
Estas tierras pertenecían originalmente a los huarpes. Ellos eran físicamente de tez oscura, relativamente altos, delgados, poseían abundante vello, además de un cabello lacio y renegrido, que usaban largo y suelto. Los hombres se rasuraban la barba.
Eran recolectores, cazadores, en algunos casos pescadores, y cultivaban maíz y otras verduras. Utilizaban elementos de piedra para moler el maíz.
Además, vivían en casa de piedra en las sierras o en construcciones rudimentarias de piedra.
Entre sus ideas morales, los historiadores destacan la fuerte condena de este pueblo al engaño y la mentira.
Actualmente se encuentran numerosos restos arqueológicos que dan testimonio de su existencia. Por ejemplo, los morteros, huesos y otros restos que se encuentran en excavaciones en la localidad. Su cultura se ha perdido casi por completo.
La llegada de los españoles provocó la desaparición de esa raza por diversas razones, como, enfermedades, malos tratos, encomiendas, exportaciones a chile, entre otras causas.
Los procesos de conquista y colonización se prolongaron a lo largo de los siglos XVI a XVII, teniendo en cuenta en la segunda mitad de siglo XIX una cierta celeridad.
En lo referido a la ocupación del territorio se determinan 5 etapas, que se pueden sintetizar como: fundación de San Luis, ocupación de la sierra, descenso a las planicies, corrimiento de la línea de fortines hacia el sur y ocupación de este espacio.
Este período habría comenzado en 1869 respondiendo a múltiples sucesos, como la fundación del Fuerte Constitucional, la organización de la irrigación, la división de departamentos de la provincia (que en un principio eran 8), leyes de pastura, construcción del primer embalse (Potrero de los Funes), la llegada del ferrocarril, y el proceso migratorio.
La primera familia que adquirieron tierras en la zona fue la familia de Francisco Muñoz.
En ese medio siglo llegaron inmigrantes españoles e italianos que aumentaron la población, aunque no determinantemente (el abanico de apellidos comenzó a abrirse: Miranda, Rossa, Guevara, Lucero, Funes, González, Milán, Callegaro, Arancibia, Mocdese, Suárez, Sosa, etc...).
Según cuenta la señora Hermela Lucero, en un trabajo llamado “Recuerdos de Doña Hermela Lucero” de Lucas Albornoz, las primeras familias del pueblo fueron los Ávila, Lucero y Funes. Eran originarios de Buenos Aires, y llegaron a estos parajes escapando de los ruidos y problemas.
La flia Lucero vivía en Banda Sur, y los Funes y Ávila en Banda Norte, en el actual Camping Mendoza.
Don Mario Lucero colocó por primera vez un almacén de Ramos Generales donde se vendía todo tipo de productos excepto calzado y ropa.
Luego aparecieron los negocios de “Artículos Varios” de Pedro Lucero y otro de Juana Orozco.
Los pobladores, que se fueron arraigando poco a poco, en un primer momento desarrollaron una economía cerrada que les permitía subsistir. También se explotó los recursos mineros, y finalmente el pueblo se consolidó como villa turística, una de las primeras que tuvo la provincia de San Luis.
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